Jurassic World Dominio es la película
que busca crear un final a la saga inicia en los 90s por la aclamada Jurassic
Park, que resulto ser una película que revolucionarìa el cine no solo en términos
de efectos especiales, sino también en narrativa y dirección en géneros como la
acción y el suspenso.
Luego de pasar la silla de
director al español Juan Antonio Bayona para la segunda parte, Collin Trevorrow
regresa para terminar la trilogía. Donde dirige a Chris Pratt, Bryce Dallas
Howard, DeWanda Wise, Isabella Sermon y a los legendarios actores Laura Dern, Jeff
Goldblum y Sam Neill.
Después de los eventos de Fallen
Kingdom el mundo ha estado teniendo problemas para adaptarse al regreso de los
dinosaurios en la época actual, activándose varias problemáticas como el tráfico
ilegal de animales, peligrosos encuentros con carnívoros en zonas públicas y conflictos
políticos para el cuidado o destrucción de estas especies. Pero no es hasta que
una nueva especie prehistórica introducida intencionalmente por una avariciosa corporación
que busca tener el control total del sistema alimenticio, cuando la doctora Ellie
Sattler decide reunir a sus antiguos compañeros para evitar una catástrofe mundial.
Mientras que Owen Grady y Claire Dearing persiguen a la misma organización para
poder recuperar lo más preciado que se les ha robado.
A pesar de que la película recoge
la trama donde se quedó en su cinta anterior, toma una decisión desafortunada
al presentarnos una problemática que, si bien presenta una idea que desarrolla
una tesis interesante muy adecuada para los tiempos actuales en los que
vivimos, realmente deja muy de lado el punto real de la saga jurásica, el cual
es los dinosaurios. Paradójicamente a lo anterior, la cinta está repleta de
dinosaurios, pero estos no son la amenaza real a la que se enfrentan los protagonistas.
Simplemente aparecen para poner a los protagonistas en escenas emocionantes o
para originar situaciones que los lleven a distintos lugares a los que la cinta
requiere que estén.
La mayoría de los dinosaurios
aparecen, hacen algo y se van. No se siente esa sensación de peligro que existe
en la primera película con los Velocirraptors, en la segunda con los T-rex, en
la tercera con el Spinosaurio asechando a los protagonistas en todo momento y,
por supuesto, como en las dos anteriores entregas teniendo al Indominus e Indoraptor
como principales amenazas de la cinta.
La película puede parecer hasta
cierto punto entretenida y es que las escenas de acción no faltan. Pero muchas
de estas siguen la fórmula de “Rápido y Furioso” donde se abusa de esa suerte
que tienen los protagonistas y pasan cosas que, incluso dentro de la lógica que
envuelve a este mundo, son ciertamente ridículas.
Dentro de las cosas positivas
pueden estar el regreso de los actores que vimos durante la trilogía principal,
quienes tienen un arco que busca realmente cerrar sus ciclos dentro de la saga
y mayormente completan una participación satisfactoria en una trama llena de
decadencias. Lamentablemente no se puede decir lo mismo de los personajes originados
en esta segunda trilogía, los cuales tienen una trama cargada de momentos “emotivos”
que se sienten sumamente forzados, desarrollo muy “cliché” dentro de la construcción
de sus respectivos papeles dentro de la trama y realmente resultan personajes
muy planos en cuanto a profundidad.
La música compuesta por Michael Giacchino
es muy buena y probablemente sea lo mejor de la película. Hace un trabajo
estupendo al combinar las piezas originales compuestas por John Williams y las
propias que ha estado creando desde la primera entrega de JW. Funciona para
traer mucha de la nostalgia de la primera trilogía y añadir un poco de emoción a
escenas clave.
Como mencioné antes, lo
dinosaurios no aparecen mucho en pantalla. Esto aplica también para el gran
villano promocionado de la cinta, quien a pesar de tener un diseño increíble e
intimidante es terriblemente desperdiciado al no tener un trasfondo en su
origen y en cambio una existencia justificada para lograr una emocionante batalla
final de poco menos de 3 minutos. Lo mismo puede aplicar para el villano humano
de la película, quien viene desde la cinta original para ser un personaje genérico
y olvidable.
En conclusión, Jurassic World
Dominio como película puede resultar muy similar a la fórmula empleada por las
recientes entregas de “Rápido y Furioso”, cuyo resultado tiende a ser satisfactorio
para un publico que solo busca entretenimiento, pero decadente si se quiere una
historia bien estructurada con personajes correctamente desarrollados. Lamentablemente
no es un final digno para una saga tan querida y fácilmente puede ser
catalogada como la peor entrega de esta segunda trilogía.
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