En 1986 Top Gun vio la luz, convirtiéndose en una de las películas de acción más recordadas de la década. Junto a ella, Tom Cruise se estableció en un género que, más que cambiar su carrera para siempre, él fue quien terminó cambiando al género mismo. Revolucionó varios de sus conceptos en cintas que, si bien muchas veces no dejaban de ser completamente creíbles desde un punto de vista verosímil, si que mejoraron en otorgar historias un poco mas aterrizadas que exploraran mucho mejor la complejidad de sus protagonistas y al mismo tiempo con escenas de acción con coreografías y efectos impecables que las convertían en toda una experiencia.
Después de un retraso de mas de
dos años, por fin tenemos la secuela de Top Gun, titulada Maverick. Dirigida
por Joseph Kosinski, quien ya anteriormente trabajó con Tom en Oblivion, la película
cuenta la historia de cómo Pete “Maverick” vuelve a Top Gun luego de más de
tres décadas con la tarea de entrenar a un equipo de graduados para una misión de
alta peligrosidad, cosa que se complica cuando se entera que el hijo de su
amigo Nick “Goose” Bradshaw, Bradley “Rooster” Bradshaw, se encuentra entre los
graduados. Esto revivirá el dolor en el pasado de Pete y lo pondrá a prueba de
cara a una misión contra el reloj que exigirá su mayor compromiso y experiencia
para ser completada.
Si algo es difícil de hacer
cuando se revive una franquicia que lleva décadas en el congelador, es poder
honrar a su antecesora con una visión que respete el trabajo original y que
cuente una historia que haga sentido al estar apoyada por una tesis que le de
una verdadera continuidad. En los últimos años solo Blade Runner
2049 lo había logrado y ahora se une a ella Top Gun: Maverick.
La cinta se siente como una película
hecha en los 80s pero actualizada a nuestros tiempos, donde desde el primer
minuto se percibe una vibra que te traslada a la época. Así mismo, en su
estructura narrativa y estilo visual, se acerca mucho a lo visto en su
predecesora, pero con las ventajas del progreso tecnológico característico de
las nuevas producciones.
Sin embargo, también trae de
vuelta algunos desperfectos típicos de las películas de antaño. Algunas escenas
se sienten un tanto repetitivas, falta desarrollo en algunas subtramas que solo
se abordan de manera superficial y también el manejo del ritmo es un poco
irregular.
A pesar de lo anterior, la cinta
sabe como recuperarse con un tercer acto espectacular, que se caracteriza no
solo por tener grandes escenas de acción, sino que también por contar con
actuaciones sobresalientes y una dirección extraordinaria. Gracias a esto es
que la película logra superar a la original.
Tom Cruise de nuevo es impecable
en este papel que le exige un poco más en sus habilidades actorales, siendo mas
convincente que en la película original. A pesar de que no se le pide mucho físicamente,
cuando es requerido lo hace muy bien. Pero como punto “negativo” es que el
actor se conserva tan bien, que es muy complicado creer que ya han pasado tres décadas.
Milles Teller es un actor que
cuenta con un sinfín de altibajos en su carrera, pero que cuando se compromete
con un buen guion y equipo de trabajo, logra sacar lo mejor de él. En esta historia
interpreta al hijo de “Goose”, logrando conectar por fortuna con Cruise con una
interpretación de pocas quejas. Es de lo mejor de la película.
En otros papeles secundarios se
puede destacar también lo hecho por Val Kilmer, regresando como “Iceman” con
todo y sus deficiencias físicas producto de la enfermedad que actualmente
padece el actor. La producción hizo un gran trabajo al implementarlo en la
historia, respetando mucho el legado del personaje y dándole un sentido a su participación,
misma que no queda como un simple cameo, sino como una intervención que se
vuelve un punto de infección en la misma trama.
En conclusión, Top Gun: Maverick
es una película que cuenta con una visión que la hace resaltar como una película
que irradia pasión y un respeto enorme por el material original y que, al mismo
tiempo, se esfuerza por dar una historia valiosa que enaltece el legado de Pete
“Maverick” Mitchell en el cine. Una cinta que se puede apreciar que fue hecha
con cariño.
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