Después de dos años Morbius, la película
que busca adaptar a uno de los villanos más despiadados de Spider-Man, por fin sale
a la luz. Debería ser una película buena, ¿no?, después de tantos retrasos y
oportunidades para mejorar el producto, se tiene que esperar una cinta bien
hecha de valor competente en una realidad donde las películas basadas en comics
son cada vez más grandes. Pero la realidad es que Morbius es una película terrible.
La cinta está protagonizada por
Jared Leto como el Dr. Michael Morbius, Matt Smith, Adria Arjona, Jared Harris,
Al Madrigal y Tyrese Gibson. Cuenta la historia del Dr. Morbius, quien en un
intento desesperado por salvar tanto su vida como la de su mejor amigo (Matt
Smith) de una enfermedad sanguine congénita, se convierte en un vampiro con
poderes sobre naturales que requiere de beber sangre humana para poder
sobrevivir.
En principio la idea central de
la película parece muy interesante. Una persona que se convierte en vampiro y
se enfrenta al dilema ético y moral sobre el consumo de sangre para mantenerse
con vida, pero matando personas en el proceso. Sin embargo, la cinta toma un
camino bastante cuestionable y al final no termina por hacer nada con ese concepto,
optando por un ritmo acelerado que no permite dar un trasfondo profundo a los
personajes, sus motivantes y duelos internos, lo que al final la hace una
experiencia vacía cuyo fin solo es ser una pieza pegada a la fuerza dentro del
universo que Sony intenta crear.
Las actuaciones son bastante
malas, aun teniendo la participación de grandes actores como Matt Smith y Jared
Harris, la realidad es que ni el guion da para que se pueda trabajar en buenos
personajes y tampoco se nota mucha exigencia de cada uno de los implicados por
desempeñar un gran papel. Leto falla de manera monumental en momentos clave
donde se debe alcanzar un punto dramático alto para darle una profundidad real
a su personaje; Matt Smith se ve como nunca antes, actuando tan mal; Adria
Arjona y Jared Harris desempeñan papeles muy pobres cuando el guion se acuerda
de ellos; Y, por último, Tyrese Gibson aquí demuestra una vez más lo mal actor
que es, a la vez que Al Madrigal es muy desperdiciado al ser el solo un
conductor de chistes malos.
Esta es la tercera película dentro
del universo Marvel de Sony y, comparando con las dos películas previas centradas
en Venom, quizá lo que hace mejor esta película es en darnos un villano con motivaciones
más razonables. Sin embargo, es un villano totalmente cliché, el amigo que se
vuelve villano. Un elemento que hemos visto hasta el cansancio y que,
particularmente en esta historia, esta muy mal implementado porque tanto Matt
Smith, que interpreta al antagonista, como Jared Leto no tienen una química estable,
se ve una relación tan forzada como la misma película.
Quizá el peor punto de la
película es su edición. Ademas de tener una estructura irregular gracias a muchas
transiciones anticlimáticas, se nota como en realidad los actores no están ni
en la misma sala en algunas escenas que involucran interacción entre personajes
y la mas evidente es su escena post créditos.
En conclusión, es evidente que,
en tu ultimo retraso, la película recibió una edición total para meterse dentro
de la ola originada por Spider-Man: No Way y así ajustar su producto a ella. Todo
para al final volverse una propuesta vacía cuyo objetivo no va más allá de seguir
un universo que no tiene ni pies ni cabeza, sostenido por argumentos poco
convincentes y tramas altamente absurdas.
Muchos han dicho que esta película
no es para analizarse, sino para disfrutarse al desconectar un poco la mente.
Sin embargo, hay que decir que la película esta tan terriblemente mal editada, tiene
efectos especiales tan poco efectivos y en general se siente muy apresurada, además
de aburrida, que es sumamente difícil ignorar lo mala que es.
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