Turning Red

Desde que inicio la pandemia hace dos años, Disney ha tomado la dura e injusta decisión de lanzar los estrenos de Pixar exclusivamente en su plataforma de streaming y aunque ya se han lanzado dos muy buenas películas como lo son Soul y Luca, es ahora con “Turning Red” cuando esta decisión desilusiona enormemente.

Dirigida por la animadora chino-canadiense Domee Shi (quien debuta como directora en una película animada de larga duración); Turning Red cuenta la historia de una niña de 13 años que comienza a convertirse en un gran panda rojo al entrar en un estado de emociones fuertes, lo que se convierte en un gran obstáculo para llevar su vida escolar y social del mismo modo a como la llevaba antes.

Al tener una protagonista con el mismo origen de la directora, es más que evidente que se trata de una cinta basada en las vivencias que tuvo la cineasta durante su adolescencia en Toronto y esto hace que se convierta en una propuesta única porque se siente la libertad que tuvo para contar su historia, construir sus personajes e implementar su experiencia de vida a una trama que, si bien se siente muy cliché en algunos puntos, brilla por la autenticidad de su narrativa y encantadores personajes que sin duda fueron basados también en las amigas que la directora tuvo durante dicho periodo.

Mei Lee, la protagonista de la película, sin duda es un personaje que te gana el corazón al instante y es gracias a lo maravillosamente bien representado que esta. Sin embargo, existen otros tres personajes que representan a las amigas de Mei y son estas las que, para mi gusto, se terminan llevando la película. Las tres son tan diversas en todo aspecto y dan una pisca de lo que se necesita para desarrollar la historia de la mejor manera, cada una tiene una personalidad muy bien marcada que influye a su estilo en la protagonista, haciendo que se explote de una forma única la amistad entre las cuatro y trayendo consigo un mensaje muy bonito sobre la amistad y los grupos de apoyo a los cuales toda niña debería tener acceso. 

Por mucho mi aspecto favorito de la película es el visual. Desde la elección de los colores y el diseño de personajes hasta la misma animación son impecables. En recientes años se ha hablado mucho del especial interés que ha puesto pixar en el detalle, haciendo que la ropa de los personajes o aspectos como el agua o la naturaleza se vean más realistas. Aquí se opta por un diseño muy particular que hace que la película sea mucho más caricaturizable en todo aspecto y por ende que la calidad se note mucho en la fluidez en los movimientos y el uso de diversas técnicas de animación para resaltar ciertos elementos en pantalla.

La película está ambientada en 2002 y podemos ver ciertos elementos como los tamagotchi, celulares y electrodomésticos que nos recuerdan ese detalle importante. Sin embargo, hubiera sido muy bueno ver al grupo de amigas interactuar en algún centro comercial, explorando las calles y haciendo cosas que representaran una mejor remembranza de lo que fue el mundo hace veinte años, al mismo tiempo de que se darían diversos contextos para desarrollar a los personajes.

La temática principal de la cinta explora la relación madre e hija, una temática que ya ha sido bastante explorada en otras producciones de Pixar, donde el protagonista tiene conflictos con su madre, padre o ambos, y esto ya sea como una sub trama como en Soul o siendo la base del argumento como en Brave. Debido a lo anterior, las escenas que exploran esta dinámica se sienten muy aburridas en comparación a la trama que tiene la protagonista con su grupo de amigas, la cual presenta una narrativa mucho mas atractiva y divertida por la frescura que representa explorar esta nueva propuesta.

Desde el principio es muy fácil poder deducir la dirección de la trama principal de la cinta, haciendo que todo el aspecto sobre natural que rodea la situación del panda rojo sea predecible y, por ende, nos alcance un tercer acto que, aunque emotivo, un tanto flojo a comparación de otras películas que abordan la misma temática.

En conclusión, Turning Red es una película que se sostiene por el maravilloso equipo creativo que hay detrás y que permitió desarrollar personajes encantadores como una dinámica más que especial. Además de tener en su argumento una extraordinaria alegoría sobre la menstruación, un tema que a estas alturas debería dejar de ser tabú para muchas personas y que se debe abordar más abiertamente en cintas infantiles. Esto ultimo sin duda hace que la película tenga un valor especial, pero realmente toda la película es una experiencia muy recomendable y que sin duda merecía poder ser disfrutada en cines.