“últimos días en el desierto” está
escrita y dirigida por Rodrigo García, cineasta colombiano hijo de Gabriel García
Márquez. Protagonizada por Ewan McGregor, Ciarán Hinds, Ayelet Zurer y Tye
Sheridan, la película narra la historia de Jesús durante sus cuarenta días de
ayuno y rezo en el desierto antes de su muerte.
Con tantas películas sobre la vida de Jesús
donde en su mayoría se centran más en la divinidad del personaje, es verdaderamente
refrescante ver una que se enfoque directamente a su humanidad. La película no
solo presenta a un hombre alejado de su lado divino, también nos presentan a
uno lleno de dudas y temores que lo llevan a cuestionarse sobre si será capaz
de lograr la misión a la que ha sido encomendada.
Durante sus días en el desierto, Jesús
(Ewan McGregor) busca la guía espiritual de su padre celestial, quien no responde
a ninguno de sus llamados. Ante esta ausencia, el diablo (también interpretado
por McGregor) se hace presente para poder sacar provecho sobre la situación. El
dialogo que mantienen ambos durante ciertos momentos de la cinta es bastante
interesante y el hecho de que el mismo McGregor represente al personaje genera
la posibilidad de que la presencia del demonio sea una alucinación del mismo Jesús
como respuesta a no poder comunicarse con su padre y a las secuelas del ayuno. En
cierto punto de la trama Jesús llega a tener un acercamiento importante con el
demonio, que lo llevan a compartir sus inquietudes con él y esto hace que la
figura humana de Jesús se note mucho más al poder reflejarse esa desesperación por
no poder encontrar respuestas claras.
Ewan McGregor hace un trabajo muy
bueno como Jesús, si bien no es una interpretación que pudiera ser recordada
como referente en el amplio historial de interpretaciones del personaje, cumple
al transmitir ese sentido humano y vulnerable de una figura que la mayoría del
tiempo se nos había presentado como divina y tranquila ante todas las situaciones.
Ciarán Hinds, Ayelet Zurer y Tye Sheridan tienen interpretaciones buenas y se
acoplan bastante bien entre sí, se llega a sentir esa relación familiar y el
vinculo entre ellos es convincente.
A pesar de que la película es exitosa
en poder darnos una historia que refleje a Jesús como un hombre ordinario que también
puede abrumarse de emociones negativas. La historia tiene un ritmo muy flojo y al
final no llega más allá de unos diálogos reflexivamente profundos pero carentes
de un recorrido con emoción que los lleve a ser mucho más significativos. El
arco principal que comparte con la familia del desierto está muy bien llevado y
ayuda a que el personaje de Jesús sea mejor desarrollado. Sin embargo, se
siente mucho más interesante el vinculo de Jesús con el demonio y ciertamente
hubiera sido mucho mejor llevar la lucha entre ambos más allá de diálogos y
confrontaciones simbólicas.
La fotografía de Emmanuel Lubezki es de
lo mejor de la película, los planos amplios donde capta la inmensidad del desiento
con tanta belleza le da un sentido distinto cuando se trata de secuencias
largas donde vemos a Jesús orando o caminando hacia su destino.
Como conclusión, “últimos días en
el desierto” pudiera ser una película muy aburrida para un público con poco interés
en la figura de Jesús. Realmente no es la gran cosa, pero resulta una propuesta
interesante ya que, al no estar basada en ningún pasaje bíblico, tiene esa
libertar de poder reflejar la figura del mesías de una forma original.
7
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