“Glass” es la tercera y última
película de la trilogía ideada por el cineasta indio M. Night Shyamalan,
iniciada con “El Protegido” y continuada con “Fragmentado”. Está protagonizada
por James McAvoy, Bruce Willis, Samuel L. Jackson, Sarah Paulson, Anya
Taylor-Joy y Spencer Treat Clark.
Glass es un crossover entre las
películas ya mencionadas que transcurre tan solo unos meses después de “Fragmentado”.
David Dunn (Willis) enfrenta a la Horda (McAvoy) para hacerlo pagar por sus constantes
asesinatos. Mientras mantienen una confrontación física marcada por las
increíbles habilidades sobre humanas de ambos, son interrumpidos por la
autoridades y llevados a un hospital psiquiátrico donde también se encuentra
Elijah Price (Jackson), detenido ahí luego de que Dunn lo delatara años atrás. Ahí,
la doctora Ellie Staple utilizará sus métodos psiquiátricos para convencer a
los súper humanos que en realidad no tienen habilidades especiales y sólo están
sufriendo delirios de grandeza.
La manera en la que “El Protegido” y
“Fragmentado” se unen en esta película se siente bastante natural y los
personajes de ambas historias resultan muy compatibles, haciendo que tengan una
integración rápida y efectiva.
Si James McAvoy fue una gran sorpresa
en Split, aquí es impresionante. Sus cambios de personalidad son más constantes
esta vez y el actor hace de maravilla cada una de ellas. Bruce Willis retoma
exitosamente su papel como David Dunn, presentando una interesante evolución
del personaje y el uso de sus habilidades. Por último, Samuel L. Jackson vuelve
a entregar una gran actuación como Elijah, Mr. Glass. Quizá los tiempos en
pantalla de cada uno de estos personajes no sea de lo más equitativo, pero el
papel que desempeñan en la historia hace justicia a lo que se desarrolló
anteriormente de forma individual.
El concepto de la película es
interesante, colocar a tres personajes tan bien desarrollados y con una
identidad tan distinta dentro de un hospital psiquiátrico da para muchas
posibilidades que pueden ser adaptadas a cualquier género. En un principio la
película parece tomar ese rumbo, pero se estanca y decide cambiar de enfoque en
cierto punto.
(Ligeros Spoilers) Como referencia a
que tan bien se puede explotar esta temática: La película muestra una escena
donde la doctora Staple (Sarah Paulson) intenta convencer a los tres personajes
principales de que en realidad no poseen habilidades extraordinarias y sólo se
trata de una serie de condiciones que provocaron esa idea en ellos. La
interacción entre los personajes en esta escena en particular es buenísima,
existe una especie de confrontación intelectual y la reacción mostrada por cada
uno ante las ideas de la doctora son muy bien expresadas. Si se hubiera visto
un poco más de esto durante la historia, sin abusar, la cinta hubiera sido un
mucho mejor producto.
Shyamalan es un director que toma
continuos riesgos en el desarrollo de cada una de sus historias, mismos que se
reflejan en unas cuantas malas críticas. Antes del tercer acto de la cinta,
“Glass” tomaba riesgos de forma satisfactoria con una historia muy bien
construida y que estaba centrando las bases para algo espectacular. Sin
embargo, el director opta por concluir la trama con un plot-twist que, si bien
no puede catalogaste de completamente esperado, roza lo cliché. Como adición a
su abrupto tercer acto, la película se convierte un tanto a las típicas
películas de súper héroes que se ven cada mes en el cine.
La música de West Dylan Thordson,
quien fue también el encargado en “Fragmentado”, respeta su trabajo anterior en
varias temas y retoma casi íntegramente lo hecho por James Newton Howard en “El
Protegido” pero aportando su propio estilo. Un gran trabajo.
Como conclusión, Glass es una
película interesante en su trama y satisfactoria en sus interpretaciones pero
que probablemente no es tan memorable como sus antecesoras. A pesar del ligero
trago amargo que representa su acto final, es una digna conclusión a la
trilogía iniciada con “El Protegido” hace casi 19 años.
8,5
No hay comentarios:
Publicar un comentario