La Liga de la Justicia de Zack Snyder es
la carta fuerte que Warner ha lanzado para robarle subscriptores a Netflix y hacer
popular a su plataforma HBOMax. Se trata de un nuevo corte de cuatro horas de
la original Liga de la Justicia que pertenece al universo extendido cinematográfico
de los héroes de DC, película que fue merecedora de perdidas millonarias por su
poca coherencia y traición a los valores e identidad de la franquicia.
La película mantiene la historia vista
en 2017, pero con la sólida diferencia de que opta por profundizar su trama en
el desarrollo de sus personajes, entregando no solo un grupo de héroes con
visiones y motivaciones completamente distintas, sino también un villano a la
altura con su propio desarrollo e identidad.
La cinta como tal es una versión del
director que, en otras películas, la mayoría de los cineastas presentan a los
ejecutivos del estudio para que estos dicten las modificaciones pertinentes con
el fin de hacerla mucho más comercializable para su versión teatral. Lo
anterior usualmente lleva a una reedición de la película que corta varios
minutos y es por eso que esta película es tan larga, hay libertad total para
que Snyder cuente todo lo que quiera sin limite de tiempo.
Como se mencionó anteriormente, la
duración de la película beneficia a desarrollar de forma más profunda a cada
uno de los personajes. Entendiendo que esta versión pudo estar sujeta a un
recorte si se hubiese estrenado en un contexto “normal”, es bueno señalar
también que es fácil encontrar cuales partes de la película pudieron ser
eliminadas. A lo largo de la cinta existen escenas que no tienen sentido
incluso en una versión del director, ya que muestran cosas totalmente
innecesarias o presentan diálogos redundantes con información previamente dada.
Hablando de información, esta película
representa la introducción de muchos personajes y elementos nuevos para el
universo, por lo cual es fácil caer en el uso de aburridos diálogos de
exposición y, aunque la película los tiene en cantidades saludables, se
agradece que mucha de la información importante es mostrada y no solamente
dada. Esto queda ejemplificado en la escena de la gran guerra que también
estuvo presente en la versión del 2017 y en otra donde se explican los poderes
de Cyborg.
Para muchos el pecado más grande a
redimir en este corte es el villano tan nefasto que se presentó previamente.
Afortunadamente Steppenwolf es la más grande mejora con respecto a la versión
teatral estrenada hace tres años. A diferencia de su primera aparición, ahora
el villano tiene un trasfondo del cual proviene una motivación muy clara, misma
que lo hace un personaje completo y que no da la impresión de ser malo
solamente porque quiere, sino porque siente un deber que está obligado a
cumplir tanto por su honor como su propio bienestar. No se trata de un villano
históricamente destacable dentro del género, pero es importante señalar que en
su construcción se sigue una formula que pocas veces resulta tan satisfactoria
como en esta película.
El tono ligero que adoptó la primera
película de la Liga ha sido readaptado para tener una mayor coherencia con lo
visto en Man of Steel y Batman v Superman. Esto no solo implicó el cambio hacia
una representación más madura de los personajes, sino también una armonía en
los colores utilizados durante cada toma, dejando atrás los brillosos paisajes
de colores fuertes y elementos floridos donde no hay lugar para ellos.
La película también hizo un esfuerzo
en no olvidar el aspecto cómico que hace falta para romper momentos de tensión
y que, en el caso de personajes como Flash, ayudan a generar divisiones en la personalidad
de cada uno de los miembros de la liga. Lo bueno es que elimina los chistes que
en su momento ridiculizaron la imagen de los héroes en el 2017 y mantiene
algunos de los más simplones que se vieron aquella vez y que, dentro de lo
terrible que fue aquella película, funcionan bastante bien. Sin embargo, hay
que admitir que algunos de los chistes o situaciones graciosas introducidas en
este corte resultan poco efectivas y llevan a momentos anticlimáticos e incómodos.
Quizá el punto más débil de esta
película es el CGI, el cual evidencia de forma clara que minutos de la película
ya estaban hechos antes de que Snyder comenzara a reestructurarla y ajustarla a
su modesto nuevo presupuesto. No es que sea malo, pero se nota un contraste
enorme de calidad en varias de sus escenas, tiendo efectos brutales en algunos
minutos y después unos de considerablemente menor calidad. Esto tal vez no
compromete mucho a la historia, pero es un elemento que llama la atención.
Otro de los puntos que pueden ser un
poco extraños es su larga pero interesante escena post créditos que, a pesar de
no ser mala, se siente un poco fuera de lugar al presentarla una vez concluida
la historia. La escena pudo tener mucho más impacto si se hubiese presentado
dentro de la película como parte del desarrollo en el arco de Batman, teniendo
la oportunidad de dar un poco más de emoción a las primeras dos horas de la
cinta.
Como conclusión, “La Liga de la
Justicia de Zack Snyder” es una película cuyo disfrute dependerá del nivel de
afinidad que tenga el espectador con el trabajo del director en sus cintas previas
dentro de este universo. Sin embargo, existen los argumentos suficientes para sostenerla
como una buena película de Superhéroes que sigue una formula popular dentro del
género, pero que al mismo tiempo respeta con total acierto las bases
previamente establecidas por Man of Steel y Batman v Superman.
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