Mulán
es la nueva película que continua con la línea de los Live Action sobre las
historias que estuvieron presente en la infancia de millones. Está dirigida por
Niki Caro y protagonizada por Liu Yifei como Mulán, Donnie Yen, Jason Scott Lee,
Yoson An, Gong Li y Jet Li.
Si
hay algo que tienen en común las recientes versiones live action de Disney
sobre sus clásicos, es que siempre buscan honrar a su animada de origen
replicando la historia que ya conocemos y refrescándola con ciertos elementos
nuevos. Esta versión es un caso distinto que se aleja bastante de su origen
para adentrarse a contar la historia de la verdadera Mulán creada por el poeta
chino Guo Maoquian. Como resultado se trata de una historia nueva que respeta
ciertos elementos vistos anteriormente, pero contando su propia visión de la heroína.
Una
de las otras grandes diferencias entre ambas versiones es el presupuesto de 200
millones de dólares que costó este live action. Este presupuesto se ve
reflejado en el excelente trabajo de vestuario y diseño de producción. Los
escenarios tanto fabricados como en locaciones lucen bellísimos y
complementados con el gran trabajo de vestuario hace que incluso la película llegue
a verse muy al estilo bollywood, algo parecido con lo visto en el live action
de Aladdin.
Lamentablemente
ese presupuesto no se vio reflejado en el tan irregular CGI, que se ve decente
en ciertas secuencias, pero completamente pésimo en algunas otras,
especialmente cuando se replican personas u objetos enteramente con esta técnica,
haciendo más que evidente su falsedad y ocasionando cierta desconexión con lo
que se ve en pantalla.
Tanto en historia
base como narrativa que se asemeja muchísimo a la formula que Disney utiliza en
Marvel. La protagonista tiene dones especiales, existe un conflicto en su
interior y un villano genérico con motivaciones genéricas. A pesar de que no es
un punto totalmente negativo, ya que funciona para crear historias sencillas
pero solidas que logran atraer al público, la realidad es que para ser algo
original debieron esmerarse mucho más.
Con
la adopción de esta fórmula la película pierde varios aspectos que hicieron
grande la cinta original. Quizá los dos mas importantes son las canciones
interpretadas por los personajes a lo largo de la aventura y el arco que
envuelve el desarrollo de Mulán como una guerrera. En esta película el
personaje comienza como una chica habilidosa a la que se le da fácilmente el
manejo de armas y el combate cuerpo a cuerpo, por lo que su ascenso como una
guerrera se ve reflejado simplemente en valores y moral, a diferencia del largo
camino en el desarrollo de habilidades y destrezas que convirtieron a la Mulán
en el elemento más fuerte de un batallón donde era la única mujer. Esto no es
precisamente algo malo, sino que simplemente son aspectos que se extrañaron
para los que disfrutamos la historia animada.
Las
actuaciones son aceptables y cumplen con las exigencias requeridas para una
cinta de esta naturaleza. Sin embargo, es imposible ignorar la exageración en
la cual cae la película en algunas de sus escenas de acción, afectando
directamente la seriedad de la interpretación de los actores.
En conclusión,
a pesar de que Mulán encuentra cierto balance entre honrar a la película original
y crear su propia historia, las decisiones que envuelven el rumbo por el cual
se cuenta hace que se pierda demasiado de lo que se esperaba ver en esta versión.
Entretenida pero poco memorable, podrá gustar más a quien no haya visto o no
guarde un cariño especial por la versión animada lanzada en 1998.
6.5
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