“El
Diablo a Todas Horas” está escrita y dirigida por Antonio Campos, quien se baso
en la novela homónima de Donald Ray Pollock para su guion. Protagonizada por
Tom Holland, Sebastian Stan, Robert Pattinson, Haley Bannett, Jason Clarke y Bill
Scarsgard; La cinta narra los acontecimientos entre los 40s y 60s en una
familia devota y los esfuerzos de un joven de protegerla dentro de un pueblo
donde la maldad y la corrupción gobierna en sus habitantes.
La película
es sostenida casi completamente por el desempeño de sus actores. Tom Holland la
lleva muy bien como protagónico y demuestra lo que puede hacer fuera de Marvel.
Sin embargo, son actuaciones como la de Robert Pattinson y Sebastian Stan las
que hacen llamativo este aspecto de la cinta. En general, todo el elenco obtuvo
un rendimiento satisfactorio en sus interpretaciones.
Junto
a la excelente interpretación de los actores, algo digno de reconocer en esta película
es el gran desarrollo que se le dio a la idea central de la trama. Cada
personaje expresa muy bien el concepto y la tesis de una historia cuya
finalidad es representar la maldad y corrupción dentro de una sociedad donde
las personas cometen actos atroces por diversos motivantes y ante la presión de
diversas situaciones, aun teniendo la devoción y temor a una figura celestial.
La
narrativa de esta historia está a dos pasos de ser caótica. Cuando una película
no es lineal es porque se trata de una especie de rompecabezas que al final se
une para una gran revelación. En el caso de “El Diablo a Todas Horas” se recurren
en varios puntos a presentar eventos pasados cuyo desenlace ya conocemos gracias
a las situaciones expuestas en la línea temporal del “presente”. Sin una revelación
de importancia estos flashbacks carecen de sentido, en una historia lineal se
hubiese ganado una mejor fluidez en su narrativa.
A
pesar de que antes de mencionó el gran trabajo de la cinta en representar la idea
central de la trama en cada uno de sus personajes, paradójicamente el
desarrollo de la trama no hace lo mismo por enaltecer las cualidades de sus
personajes. Existen algunas escenas crudas que carecen de impacto, momentos de tensión
desperdiciados y situaciones de riesgo que no emocionan del todo. Es decir,
haber desarrollado mejor ciertas escenas hubiese dado mucho más impacto a la ya
buena construcción de sus personajes.
Como
conclusión, “El Diablo a Todas Horas” es una película bien dirigida, pero con
una historia muy predecible y llena de altibajos en su narrativa, lo que la
hace depender totalmente del gran trabajo sus actores y sus escenas de alto
contenido violento para generar la poca emoción que logra transmitir. Recomendable
solo por sus actuaciones y la posibilidad del descubrimiento de la novela, que al
parecer es mucho más completa y disfrutable que su versión fílmica.
7.8
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