GODZILLA II: EL REY DE LOS MONSTRUOS REVIEW

Godzilla: el Rey de los Monstruos es la tercera entrega del llamado Monsterverse apadrinado por Legendary Pictures y Warner Bros que inició en 2014 con Godzilla de Garreth Edwards y continuó con Kong: La Isla Calavera de Jordan Vogt-Roberts en 2017. Esta nueva historia está dirigida por Michael Dougherty y protagonizada por un elenco de primer nivel conformado por Vera Farmiga, Kyle Chandler, Millie Bobby Brown, Bradley Whitford, Charles Dance, Ken Watanabe y Sally Hawkins.

La película relata la historia de Emma Russell (Vera Farmiga), una científica que trabaja para Monarca y que, junto a su esposo Mark (Chandler) y su hija Madison (Bobby Brown), sufrió las consecuencias de la batalla de Godzilla contra los MUTOS durante los sucesos de San Francisco en 2014 al perder a su hijo en medio del desastre. Esto ocasionó la disolución de la familia debido a su obsesión por vengarse de lo ocurrido, creando un artefacto que ayuda a controlar a los titanes que poco a poco se están haciendo presentes durante los últimos seis años. Es entonces cuando una organización secreta liderada por Alan Jonah (Charles Dance), un retirado coronel británico, secuestra a Emma y su hija con el fin de utilizar el artefacto para despertar a todos los titanes en el planeta, por lo que Mark deberá trabajar junto a Monarca para buscar a Godzilla y hacerlo combatir contra los demás titanes y demostrar quién es el rey de los monstruos.

La historia de la película es completamente cliché, varios personajes son calcas de otros que ya se han visto en películas del mismo género, a la vez de que las motivaciones del villano son ridículas y la manera en la que actúan ciertos personajes llegan a ser contraproducentes a lo que se plantea sobre ellos en el inicio. La película puede ser separada como 60% humanos hablando sobre cosas científicas y dando el contexto sobre los titanes y lo que están haciendo y un 40% en metraje mostrando a los monstruos peleando entre sí. Esto hace que la película tenga un inicio muy aburrido con alrededor de 45 minutos de meras explicaciones, algunas alargadas de más. La película dura poco más de dos horas y se siente pesada por el ritmo tan pausado de su inicio, la cual pudo haberse simplificado para reducirla a una película de hora y media que cubriera perfectamente todo lo que se buscaba exponer.

Si algo hizo bien la primera película de Edwards fue mostrarnos la inmensidad de Godzilla por medio del uso del punto de vista humano, haciendo que la criatura luciera espectacularmente imponente, además de jugar muy bien con el dinamismo que ofrecían los planos secuenciales para aprovechar este concepto. En esta segunda parte, si bien no es utilizado tanto, ese elemento se respeta, entregando un par de secuencias que lucen muy bien. Sin embargo, esta estrategia viene acompañada de un gran tiempo en pantalla de los personajes humanos, lo cual no es malo si se tienen personajes bien escritos e interesantes en trasfondo y desarrollo, cosa que no ocurrió en 2014 y que en esta segunda parte se vuelve a repetir.

Al igual que en la primera parte, los personajes humanos de esta película están terriblemente escritos, haciéndolos planos y aburridos, la mayoría de las veces que están en pantalla sólo es para crear diálogos de exposición que explique lo qué está ocurriendo con Godzilla y los demás monstruos. Incluso una actriz de élite como lo es Vera Farmiga no aparece en pantalla más que para hacer exposición, lo cual es sumamente decepcionante por la forma en la que se desperdicia tal talento. En general todos los actores desempeñan una actuación muy buena, sin embargo, es el mal trabajo de guion lo que los limita al darles una mala herramienta con la cual trabajar.

Hasta ahora sólo se han tocado puntos malos y eso puede hablar de que esta película es un desastre. ¿Lo es? Lo sería si no tuviera a GODZILLA. Lo mejor de la película por mucho son los monstruos que aparecen en ella, el CGI luce maravilloso en cada uno de ellos y se ven tan vivos que lucen muy reales cuando están cerca de los personajes humanos. Las escenas de acción que involucran a las criaturas son bellísimas e impresionantes, como nunca se ha visto en el género. Las peleas cuentan hasta con su dosis de drama y emotividad al ver a los monstruos tomando decisiones fuertes para poder continuar en la batalla, haciendo que sean mucho mejores personajes que todos los humanos.

Por su parte, el personaje de Godzilla es en diseño el mejor que se ha visto en la historia de sus adaptaciones occidentales, además de que el arco que se le da en la película hace sentir un crecimiento en el mismo personaje, que lo lleva a exigirse hasta sus límites para poder sobrellevar los retos que imponen los titanes rivales a los que se enfrenta.

Godzilla: El Rey de los Monstruos es una película que puede resultar aburrida para el publico casual, pero puede resultar una verdadera joya de entretenimiento para todo fan de Godzilla y de el que disfruta de la acción sin más mínimo sentido. Lamentablemente no es muy distinta a las dos películas anteriores de este universo en cuanto a buena construcción de trama y sus personajes, lo cual es triste considerando la calidad de actores con los que ha contado la franquicia. Se tiene que trabajar mucho más en eso si se desea solidificar un universo que pueda ofrecer más que buena acción y efectos especiales bien hechos.

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