“Alien:
Covenant” es la secuela de la precuela indirecta de “Alien: el 8vo pasajero”:
Prometeo, está dirigida Ridley Scott y en su reparto figuran Michael
Fassbender, Katherine Waterston, Billy Crudup, Danny McBride y el mexicano
Demián Bichir.
La
película cuenta la historia de la nave colonial “Covenant”, la cual está en una
misión de colonización con destino a un planeta en la parte más alejada de la
galaxia. Durante el trayecto, el capitán Oram (Crudup) decide cambiar el rumbo
al encontrar una buena oportunidad de colonización en otro planeta cercano. Al
llegar descubrirán un lugar peligroso, donde reside el único superviviente de
la expedición Prometeo, David (Michael Fassbender).
Covenant
sigue el estilo de su predecesora. Contando la historia a un ritmo pausado y
con una intención moderadamente efectiva de desarrollar a sus personajes antes
de introducirlos a la acción. A pesar que la película ya cuenta con “Alien” en
su título, se siente como si siguiéramos viendo Prometeo hasta el inicio del
segundo acto, donde las cosas comienzan a ponerse mal para los protagonistas. A
partir de ahí sigue a la perfección el modelo Alien, que incluso otras
películas del género se han atrevido a emular, con la característica cacería
del villano en turno sobre los humanos y de cómo estos caen uno por uno. Un
modelo efectivamente entretenido.
Las
actuaciones, al margen de Fassbender, son buenas en su mayoría y cumplen muy
bien con su parte. Katherine Waterston lo hace bien pero no llega a lo que hizo
Noomi Rapace hace cinco años como la heroína en turno, teniendo una actuación
un tanto plana pero que bien se puede atribuir a que la historia no le dio
suficiente fuerza a su personaje. Dentro del reparto no hay nadie que figure
sobre otro pero considero importante mencionar a Bichir, quien demuestra que
puede desempeñarse exitosamente en cualquier género, su personaje es uno de los que toma
mucha importancia en la parte final de la película y su actuación resulta ser mayormente
impecable en todo aspecto.
Por
otro lado, Michael Fassbender resulta lo mejor de la película, en ésta ocasión
tiene la tarea de interpretar a dos personajes tan parecidos como diferentes:
los androides David y Walter. Con la dificultad que eso conlleva, entrega dos
actuaciones igual de sólidas y fuertemente trabajadas. Tiene la ventaja de ser
uno de los personajes mejor aprovechados en la cinta, lo cual ayuda a que su
actuación luzca más y se convierta en la más llamativa.
Los
efectos especiales son muy buenos, desde la animación y textura del Xenomorfo,
hasta las secuencias desarrolladas en el espacio. Un aspecto muy bien cuidado
que entrega un producto tal y como se esperaba.
La dirección
es asombrosa, logra capturar la belleza de los paisajes que se aprecian en la
cinta y la manera en la que roda las secuencias de acción beneficia a una mejor
emoción para el espectador, con imágenes claras y sin entrar en vicios (Shaky
Cam). Gran trabajo de Ridley Scott.
Se podría decir que mi única decepción es el papel del Xenomorfo, personaje que esperábamos
ver desde Prometeo. Aunque su participación no es tan esencial para la historia
que la película quiere desarrollar, sigue siendo el plato fuerte en la cinta.
Mismo que puso haberse servido un poco más de tiempo del que apareció en
pantalla.
Las
películas del género de horror no se caracterizan por tener la mejor trama, pero
sí porque suelen ser muy predecibles en la mayoría de sus casos. Alien Covenant
abusa totalmente de ser predecible, desde las situaciones de peligro hasta el
más grande plot twist de la película se ven venir varios minutos antes. A pesar
de ello, eso no le quita lo emocionante.
La película
tiene una sub trama que, a pesar de ser explicada, no queda lo suficientemente
clara y deja más preguntas que respuestas, además de no desarrollarla con la extensión
que podría requerir, lo cual hubiera hecho a la película un poco más
interesante.
“Alien:Covenant”
no es ni de cerca la mejor película de la saga, pero sí una entrega sumamente
entretenida y emocionante que le da mucha más forma a la serie de precuelas, al
resolver algunas interrogantes de Prometeo, pero creando las propias.
8.5
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