Ready Player One es dirigida por el
legendario Steven Spielberg, está basada en la novela escrita por Ernest Cline,
quien también escribe el guion junto a Zak Penn. El reparto está conformado por
Tye Sheridan, Olivia Cooke, Ben Mendelsohn y Mark Rylance.
La historia se centra en Wade Watts
(Tye Sheridan), un joven del año 2045 que vive jugando en el videojuego de
realidad virtual llamado OASIS. En esta época todas las personas en el mundo
hacen lo mismo, evadiendo su propia realidad para jugar en una artificial que
les permite hacer lo que sea. Dentro de OASIS se encuentran las piezas que
permitirán hacerse con la fortuna de James Halliday, creador difunto del
videojuego, pero nadie en varios años ha logrado encontrarlas. Cuando Wade se
hace con la primera pieza comienza una batalla por obtener la siguientes, misma
que lo llevará a enfrentarse a Nolan Sorrento (Ben Mendelsohn), director de la
compañía IOI, quien pretende tomar control total de OASIS.
Existe una constante positiva en las
películas de Spierberg además de su gran calidad en la dirección, la narrativa
de sus historias es una de las grandes cualidades del director. En esta ocasión
Spielberg logra hacer de una película de casi dos horas y media una gran
aventura que nunca tiene altibajos en su ritmo y siempre va dentro de una línea
argumental, sin desviarse demasiado para desarrollar cosas que no aportan mucho
a la trama. A pesar de que podría considerarse una película apresurada en su
estructura narrativa, el paso de los minutos hace cambiar esa opinión gracias a
la gran carga de sucesos refrescados con los constantes eventos detonantes que
cambian el enfoque la trama principal, lo que ayuda al espectador a siempre
estar atento a los sucesos que ocurren en la cinta.
Las referencias sobre la cultura pop
que existen en la película son tantas que resulta muy complicado captarlas
todas con una vista, por lo que existe cierto valor de una segunda vista para
poder intentar captar más de estas referencias. Sin embargo, el ser expertos o
no en la cultura pop y haber captado cada referencia no representa un obstáculo
para disfrutar de la cinta.
Debido a que la película se desarrolla
en un 70% dentro de OASIS, los actores tienen poco tiempo para figurar en
pantalla. Tye Sheridan y Olivia Cooke, dos actores que han presentado mucho
crecimiento en los últimos años, son una combinación forzadamente agradable que
se ajusta bien a la película. Mark Rylance, la pieza favorita de Spielberg en
sus últimas películas, hace un trabajo muy destacable interpretando a James
Halliday, tiene presencia y su caracterización es brillante.
Ben Mendelsohn interpreta al villano
Nolan Sorrento y, como la mayoría de los personajes en esta película, tiene un
desarrollo medianamente completo que sólo es apoyado por algún flashback y una
explicación muy superficial. A pesar de ello es un villano muy interesante que
podrá no imponer mucho físicamente pero sus acciones hablan por él mismo. La
actuación de Mendelsohn es buena y recuerda mucho a su papel en Rogue One donde
tiene un rol bastante similar.
Existe una construcción y desarrollo
bastante limitada de los personajes secundarios, tienen peso dentro de la trama
pero son personajes vacíos que no representan más que un medio para que la
historia se siga contando. Si bien se podría generar un poco de empatía e
interés por alguno de ellos, la realidad es que no ofrecen mucho en cuestiones
de profundidad tanto en su trasfondo como en el desarrollo individual que
tienen en el transcurso de la película. Evidentemente es un precio que se
decidió pagar para poder relatar una historia de gran carga argumental de forma
ligera.
Como se podría esperar en una película
donde los elementos gráficos en GCI y la pantalla verde tienen un papel
principal en la producción, RPO tiene una calidad increíblemente buena en este
apartado. Dentro de OASIS todo se ve como si fuera un videojuego (incluso
mejor), con grandes secuencias, colores y fluidez de movimiento muy bien
cuidados.
RPO como película de acción y ciencia
ficción no tiene ningún pero, es emocionante y entretenida en todo sentido. Para
ser una cinta redonda pudo ayudar una mejor profundidad en el desarrollo de
algunos personajes y una justificación más sólida a ciertos acontecimientos que
suceden y así hacer la trama menos conveniente para los personajes. Fuera de esas
demandas un tanto quisquillosas de mi parte, RPO es una película muy buena con
una dirección maravillosa de la mano de Steven Spielberg. Muy recomendable para
todos los amantes de lo retro que sueñan con volver a los 80s.
9,5
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