Death Note es la nueva película distribuida por Netflix, está basada en el manga del mismo nombre y dirigida por Adam Wingard, a quien podemos recordar por haber traído la secuela de la bruja de blair el año pasado. Ésta adaptación está protagonizada por Nat Wolff, Margaret Qualley, Keith Stanfield y Willem Dafoe.
La historia, ambientada en la ciudad de Seattle, se centra en Light Turner (Nat Wolff), un estudiante de preparatoria que encuentra la “Death Note”, una libreta que provoca la muerte de cualquier persona con el simple hecho de escribir su nombre en ella. Al encontrarla, un demonio llamado Ryuk (Willem Dafoe) aparece para advertirle sobre su uso y explicar las reglas, además de mantenerse junto a él como un guía por el tiempo que Light conserve la libreta. Light, junto a su novia Mia Sutton (Margaret Qualley), comienzan a usar la libreta para matar a toda clase de criminales y hacer justicia bajo el nombre de “Kira”. Todo se complica cuando L (Keith Stanfield), un misterioso detective, se decide a unir las pistas que dejaba cada asesinato para detener a Kira.
La historia del cine nos ha enseñado que llevar a la pantalla una adaptación acción real de un anime es una gran reto. Prueba de ello son los grandes fracasos en taquilla que han tenido las producciones resientes de ese tipo. Quizá el que esta película fuera directo a Netflix fue la mejor de las jugadas, previniendo perdidas significativas. Pero, mientras hay proyectos que se esfuerzan en ser malos (como Dragonball Evolution en 2009) existen otros como éste que son tomados con seriedad y van enfocados a hacer una buena película. Sin embargo, eso no quiere decir que Death Note sea una buena película, sólo significa que intenta ser una buena.
La película cuenta con tres escritores y se nota que existió algún conflicto de ideas por el gran contraste en el tipo de narrativa que existe de un acto a otro. Al principio la cinta avanza en su trama de una manera desmedidamente veloz, haciendo que eventos que podrían ser importantes en el aporte a la trama y al mismo desarrollo personajes sean expuestos de manera fugaz y como un simple trasfondo para lo que se viene más adelante en la historia. Después modera la velocidad de la narrativa y es aquí donde se notan muchos fallos en la estructura del guión con diálogos muy malos y cambios repentinos en el comportamiento de ciertos personajes. Al final, la película vuelve a ser rápida para llegar pronto ha un climax con buenas intenciones pero ejecutado de mal manera. Considero que la duración menor a dos horas limitó lo que pudiera haber sido una historia con personajes mejor desarrollados y escenas más elaboradas, Death Note es una historia con mucho material que se desperdicia comprimiéndolo de esa manera.
Esta historia es una reinvención americanizada la original por lo cual casi todos los personajes cambian totalmente de comportamiento y perfil en general para responder a la imagen de como sería cada uno de ellos si vivieran en USA. Sin embargo, El personaje de L (Keith Stanfield) respeta mucho su contraparte animada, habla como un anime, se mueve como un anime y reacciona como un anime, haciendo un contraste un tanto extraño con los demás personajes. Sin embargo, no se puede hablar de un error serio ya que si este personaje no fuera así la historia perdería mucho de su impacto, sumado a que la actuación de Stanfield es, en comparación a la de sus co protagonistas, la más sólida de todas.
Hablando de las demás actuaciones, Nat Wolff (quien ya está muy grande para hacer papeles de adolescentes) empieza con una actuación de chiste y muy sobreactuada pero que, con el paso de los minutos, se vuelve algo decente y tolerable de ver en pantalla. Por otro lado, Margaret Qualley resulta ser la peor parte en este apartado ya que, además de ser un personaje pésimamente manejado en el guión, tiene una actuación digna de un episodio de la rosa de Guadalupe. Sin mencionar que la relación amorosa entre ambos personajes antes mencionados se siente forzada en un principio y, aunque mejora un poco, la necesidad de un plot twist termina por matar todo avance. Willem Dafoe es la mejor parte de la película, su voz en el personaje de Ryuk es perfecta y su participación en la historia, aunque corta, es determinante para la trama y lo hace, de lejos, el personaje más interesante de toda la película.
A pesar de tener un modesto presupuesto que apenas llega a los 40MDD, Death Note tiene una producción muy bien cuidada en sus efectos especiales. Algunas secuencias que hacen uso de CGI podrán verse algo falsas pero mantienen un estándar alto en calidad. Sin mencionar que el trabajo en la animación de Ryuk está impresionantemente bien hecho.
La música es muy convencional, siguiendo tendencias típicas en las películas de misterio y/o terror, nada que resaltar. Mientras que la elección del soundtrack es tan extrañamente mala que hará ruborizar a más de uno por pena al relacionar la historia con tales canciones.
Death Note es una película con buenas intenciones pero malas maneras. Dudo que sea una pérdida de tiempo verla ya que es una cinta que está bien trabajada e intenta ser una buena adaptación pero cae ante errores que ya son comunes en este tipo de producciones. En sí el concepto lo considero bueno pero faltó una mayor profundidad en elementos clave de la historia tales como el desarrollo de personajes y sus relaciones entre sí. Si tienen curiosidad véanla y, en el mejor de los casos, si no has visto el anime probablemente esta cinta te haga querer verlo y te encontrarás con una de las mejores historias en los últimos diez años de la animación japonesa.
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